
La noche fue acariciado con su mano la cabeza del sol
hasta taparlo con la colcha del horizonte y las nubes naranjas
en eso comenzó a rodar una piedra por el barranco
y el ruido del agua sacudió las aguas de una pareja de Biguás
A Eddie Veder lo vi gritando en la copa de una Araucaria
y con la copa en alto pienso que me vio dentro del borbollón
un pez saltó rompiendo la apacible superficie del calmo río
y pude con mi cuchillo clavarlo antes de que caiga al cauce
Con una botella de vino en la mano Eddie cantaba uuuuuuh
y corría en diferentes sentidos y ritmos junto a la orilla del río
tome un caracol que recogí junto a la soga del ancla
y con una honda apunte a su agitada melena de “free world” ¡uh!
Una estela roja nado hasta mi bote pescador
le ofrecí un poco de vino y vimos las manchas del pasto
cantamos sobre la manera del hombre de romper equilibrios
y dejamos de ser ajenos para fundir el cielo con el canto
Después (si lo hubo) me alejo flotando río abajo
mientras reía sobre la casualidad.
Gabriel B. / Canción subterránea
